
Los sistemas ERP son la base de la pirámide de información que sustenta a las empresas y corporaciones. Los ERP apoyan a las empresas con información transaccional del negocio, convirtiéndose en sistemas que producen grandes cantidades de datos históricos. A continuación se presenta un interesante artículo de Sergio Martínez publicado en Mundo.Erp sobre la importancia de saber elegir que tipo de ERP es más conveniente.
¿Qué tipo de sistema ERP conviene a la empresa?
A la hora de tomar una decisión sobre cual es el ERP que necesita una empresa hay multitud de factores que influirán en la decisión de compra:
- Económicos: en términos monetarios y de recursos humanos en el tiempo.
- Operativos: dificultad de puesta en marcha.
- Funcionales: ¿proporcionará toda la funcionalidad requerida?
- Adaptativos: tanto el entorno legal como el del propio negocio está en constante evolución.
- Confianza en los proveedores del servicio: independiente el desarrollador del consultor o es conveniente que sea el mismo.
Todos ellos son importantes pero, antes de comenzar a analizar cualquier factor, hay que realizar una selección previa, bajo un criterio fundamental: ERP estándar sectorizado (o vertical), ERP estándar general (horizontal) o software a medida. Una vez analizado este criterio y adoptada una decisión podrá procederse a analizar cualesquiera de los otros factores mencionados anteriormente.
Un ERP vertical nos garantiza la especialización del software, la mejora continua de éste bajo la experiencia de cientos o miles de usuarios, el uso de un “lenguaje” natural entre software y usuarios. A cambio, los costes del software y/o implantación son altos, y además, tienen otros costes adicionales de mantenimiento elevados, justificados por consultorías y soporte muy especializado.
Un ERP horizontal proporciona una experiencia más extensa, pero menos especializada, con multitud de módulos, y unos costes muy reducidos. A cambio, corre el riesgo de una evolución hacia sectores cada vez más divergentes del nuestro y de usar un “lenguaje” nada natural para el usuario. También poseen costes de mantenimiento, aunque suelen ser bajos, debido a un soporte poco especializado en el sector y justificado por un gran número de clientes.
El software a medida implica una alta especialización, no sólo del negocio, sino sobre el propio modelo de negocio, ayuda a realizar mejor las tareas, proporcionando gran estabilidad. Sin embargo, el software sólo crece a petición del propio cliente, mientras no sea éste quien realice las peticiones de mejora, el software no evolucionará en prestaciones, en operativa y tecnológicamente. Además, no aportará nuevas experiencias a los usuarios y cualquier cambio en el modelo de negocio, implicará nuevos análisis y desarrollos. Su coste, puede parecer a priori bajo, pero a medio-largo plazo, los costes se disparan. No suele haber costes de mantenimiento, pero la mayoría de nuevos desarrollos, aunque sean simples cambios legales, requieren de inversiones importantes. Entonces se preguntará,
¿Qué tipo de sistema ERP conviene a la empresa?
Bajo las premisas de esta diferenciación, determinar si el software que nos interesa ha de ser vertical, horizontal o a medida, debe resolverse en base a respuesta de las siguientes preguntas:
- ¿Cual es la especialización de mi negocio?
- ¿Existen ERP verticales para mi modelo de negocio?
- ¿Estoy dispuesto a adaptarme al software o debe adaptarse el software a mi?
- Los usuarios, ¿son proactivos o receptivos al software? Muchos usuarios son capaces de generar peticiones de mejora de la experiencia del software, sin embargo, otros se limitan a adaptar su operativa y funcionalidad a las nuevas reglas que le vienen impuestas por éste.
- ¿Cual debe ser el centro neurálgico del erp? Servucción, contabilidad, finanzas, entre otros.
Aunque todas las áreas son importantes, pensemos que el ERP vertical tiende a resolver mejor algunas áreas (por ejemplo la productiva o de almacén) que otras (como compras, contabilidad, recursos humanos, etc.) dado que están especializados en ésas, y de alguna forma, siendo el resto tratado como “comparsas” de las principales. En el caso del ERP horizontal no se puede considerar que haya módulos principales y otros secundarios, todos están alineados al mismo nivel.
¿En qué áreas de mi empresa tengo cuellos de botella? ¿Administrativos, Logística, Servucción, Compras, Financieros, …? El nuevo ERP deberá tratar de resolver y mejorar los procesos que agilicen las tareas en estas secciones de mayor incapacidad.
¿Dispongo de tiempo para realizar grandes desarrollos adaptativos del estándar al modelo de negocio que yo necesito?
Mi negocio ¿es estático o evoluciona constantemente?
El software que pretendo contratar, ¿evoluciona al mismo ritmo que mi negocio?
¿Dispongo de personal que pueda testear el software desarrollado a medida?
La decisión desde luego no será fácil pues nos encontraremos pros y contras sobre las tres posibilidades. Sin embargo, cada una de las respuestas no tendrá el mismo peso específico, por lo que hemos de centrarnos en conceder un buen coeficiente a cada una de éstas, para que el resultado final nos proporcione un valor muy aproximado a la que debería ser la decisión ideal.