
Impacto de Basilea III en las Instituciones financieras centroamericanas
Artículo compartido por nuestro socio estratégico Instituto Latinoamericano de Riesgos Financieros – ILRF en su blog RISK & NEWS: Basilea III – Duro, Pero no Tanto. BASILEA III. Septiembre 2010. En estos días más de un banco en nuestros mercados emergentes está testeando si las recientes propuestas del Grupo de Gobernadores Supervisores del Comité de Basilea -sobre capacidad de absorción de pérdidas no esperadas- lo dejaría fuera de juego. Es que el Basilea III (así se denomina ‘familiarmente’ el cuerpo de reformas) es duro para muchas instituciones financieras, pero muchísimo menos impactante que lo que se esperaba gracias a los esfuerzos de los lobbies bancarios. Por eso es importante conocer el impacto de Basilea III en las Instituciones financieras centroamericanas.
Para la mayoría de los mercados latino y centroamericanos los nuevos requerimientos para fortalecimiento patrimonial tienen algunos perfiles extraños ya que las regulaciones vigentes en éstos no exigen ratios patrimoniales de mayor acidez, aunque sí, desde hace años se han ajustado a las exigencias de mantener una relación de suficiencia patrimonial mayor o igual al mínimo de 8% ratificado por el Basilea II del 2004 (en Ecuador 9%, Guatemala y Costa Rica 10%, El Salvador 12%).
Mayor Acidez
En los países desarrollados, no sólo se observa el estándar general de 8% como relación mínima entre patrimonio técnico (capital base, capital económico, fondo patrimonial, etc.) y los activos ponderados por riesgos (RWA), sino también requerían hasta hace unos días el mantenimiento por parte de las instituciones de una proporción de 2% entre el valor de Acciones Comunes y los RWA. Asimismo exigían un coeficiente mínimo de 4% para el cociente entre el saldo del Tier 1 (en general, la sumatoria del capital pagado más reservas más utilidades retenidas y otras cuentas de alto poder absorbente) y los RWA. Las nuevas propuestas llevan dichos índices al 4,5% y 6% respectivamente, tratando así de incrementar la capacidad de la banca para hacer frente situaciones de estrés. Por ahora estas modificaciones se supone deberían ser implementadas a partir del 2015, comenzándose con un período de transición y testeo a partir del 2013.
Amortiguamiento
Adicionalmente a los ratios anteriores, Basilea III define un valor de 2,5% (denominado ‘Capital de Protección y Amortiguamiento’) que se suma al referido del 4,5% de requerimiento mínimo de valor de acciones comunes contra RWA. Este amortiguador se supone aseguraría la capacidad de absorción de pérdidas en momentos de crisis, con el especial detalle que cuanto más cerca las entidades se encuentren del mínimo requerido, mayores serían sus restricciones para distribuir ganancias. O sea se requiere un total de 7% por ambas exigencias para el 2019. También se deberá cumplir para esa fecha con que el valor de dicho amortiguador más el mínimo básico de 8% de suficiencia no sea menor a 10,5%.
Contraciclicidad
Otro requerimiento más: se exige también constituir un Sobre amortiguador Contracíclico, el que puede variar en un rango de entre 0% y 2,5% del valor de las acciones comunes, porcentaje que será precisado específicamente por las regulaciones nacionales de cada mercado. Este valor supone contrarrestar el riesgo derivado de un crecimiento excesivo del crédito y se sumará al requerimiento del Capital de Protección y Amortiguamiento. Esta sobre exigencia constituye una acción clave en los mercados ya que la experiencia en los últimos años ha demostrado que la expansión de los volúmenes de crédito es fuerte generadora de riesgos y que los indicadores tradicionales –por ejemplo el de ‘morosidad’- suelen ocultar.
Liquidez
A partir del 2015 se introducirá el requerimiento de mantener un índice de Cobertura de Liquidez, y para 2018 uno de Estabilidad de Fondeo, ambos basados en técnicas VAR que superan y complementan las ya obsoletas razones de calce de efectivo.
Primeros números
Sin que las siguientes primeras aproximaciones impliquen aseveraciones formales, los cálculos que hemos realizado en varias instituciones regionales muestran que ya en agosto de 2010 éstas, especialmente las medianas, cumplirían con los nuevos índices propuestos por los requerimientos de Basilea III. Sin embargo, es muy importante señalar que en la mayoría de los mercados de la Región el requerimiento mínimo de suficiencia patrimonial es mayor al 8%, por lo que una extrapolación de los nuevos indicadores quizá dejaría fuera de base a varias entidades.